Desde que empecé este blog fue con la intensión—muchos del sector son testigos—de brindar una respuesta común a la problemática cafetalera con la que hoy contamos. Al ignorar la historia estamos condenados a repetir esta tragedia. La historia es muy clara y ha demostrado lo que hacen los Titulares que se improvisan (buenos, malos, productores o no), dejarse atrapar por el sistema. ¿Cuál sistema? Pues el sistema con el que se ha manejado la cafeticultura estatal del pasado reciente para no ir tan lejos; los tres últimos titulares; tres gobiernos con éste; los mismos líderes; la misma apatía de los sectores hacia adelante de la industria; la rivalidad no productiva; la politización del sector; el paternalismo, etc… la desorganización y la ignorancia.
Para mejorar hay que cambiar y ya urge, pero no sólo con cambios de Titulares del sector. Hay que trabajar y duro, de manera plural e incluyente con líneas de acción que salgan desde adentro y hacia afuera y desde abajo y hacia arriba. Reconstruir esta industria requiere de un gran esfuerzo. Hay que sentarse a dialogar; sentarse en los comités del “sistema producto café” estatal y nacional. Llegar a conclusiones comunes, nuestro plan rector; invitar a que los participantes de las diferentes actividades de la cadena de valor nombren representantes y participen también. La industria cafetalera no sólo es la actividad primaria, ésta hay que respetarla y generar ideas que lleven más de la participación económica hacia ellos que lo necesitan. Pero no con el paternalismo clientelar con la que siempre se ha manejado, sino con “inteligencia empresarial digna” y esa se encuentra fuera de las fincas cafetaleras. Veamos hoy lo que hacen con la renovación de cafetales: compran material vegetativo que no prospera en lugar de producir de manera ordenada y con una idea común de variedad en el cafeto. Nadie se atreve de hablar de ordenamiento agrícola. El negocio no es cobrar seguros en lugares donde el café es de alto riesgo, las aseguradoras no lo van a pagar. Estamos repitiendo historias. Para potencializar nuestra cafeticultura hay que reconvertir también las zonas que la debilitan en su estadística global. Elevar los promedios. Brindar respuestas claras de reconversión o alternativas incluso no agropecuarias.
Hoy los precios del café son históricos y de que nos sirven si nuestra industria no se preparó para ello. Ése no es el pretexto hoy, al rato lo será si seguimos dejando a la deriva el barco. Y cuando haya excedentes mundiales y bajen los precios entonces… ¿qué respuesta se va a tener?. Insisto, hay que organizarse institucionalmente y ya no apostarle a los improvisados que nos imponen políticas amañadas. Muchos seguimos viendo al café como un proyecto de vida. En la inauguración de éste último festival se informó que se habían juntado los “actores institucionales” con Trampe Tauber para la realización de un proyecto, que ¡ah! cómo lo ventilaron. Con un día tuvieron y fue suficiente para responder a 20 años de atraso lineal de nuestra cafeticultura. ¡Vaya respuesta!… En fin, vayamos dejando ya a estos “magos” incluido a Trampe Tauber—que con sus años en el sector no nos han servido—por un lado y pongámonos a trabajar.
Por cierto, Trampe Taubert quiere dirigir la Organización Internacional del Café (OIC) ¿No será que primero debería brindarnos los resultados positivos que esperamos de él, antes de utilizar la plataforma que tiene como trampolín?. Para él, ya lo dijo; San Luis Potosí no “pinta” mucho en las estadísticas. Para nosotros sí pinta dentro de las estadísticas del café único en el mapamundi cafetalero. “El Café de la Sierra Madre Oriental” (caféSMO). Hay que defenderlo. Yo desde esta trinchera lo estoy haciendo.
¿Y ustedes?
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